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Entre las medidas arbitradas por el gobierno de España, encontramos la obligación legal de que la población en general utilice permanentemente mascarillas durante su actividad cotidiana, en todas las edades, incluido niñ@s y jóvenes en su desempeño escolar y actividad física.La justificación es evitar contagios de una enfermedad que mediante los medios de comunicación a generado en la sociedad un temor y pánico que vuelve a las personas especialmente sensibles ante el uso de las mascarillas. Así la mayoría de las personas las utilizan permanentemente en toda situación, y obligan a sus hijos a llevarlas (inducida por los medios de comunicación, miedo a las sanciones policiales como por las desaprobadoras miradas de los demás). Pero ¿está justificado su uso?¿previenen los contagios virales? Y lo más importante ¿son inocuos para la salud?

NO EXISTEN EVIDENCIAS CIENTIFICAS DE QUE LAS MASCARILLAS PREVENGAN CONTAGIOS VIRALES.Hay estudios que lo demuestran. El mayor estudio realizado en la historia en relación a la efectividad de las mascarillas se publica en la revista The Lancet, donde se incluyen 172 estudios observacionales. Es la primera revisión existente de toda la evidencia científica disponible.Además de esta publicación hay otras en la Cochrane,New England of Medicine, Universidad de Cambridge,CDC,Universidad de Minnesota…La universidad de Londres habla incluso de que las mascarillas pueden aumentar la trasmisión.

Además, ningún tipo de mascarilla protege del virus en razón del tamaño de estas.el tamaño manométrico de los virus (20-100 nm) es infinitamente menor que los poros de cualquier mascarilla. Además no existe evidencia científica de que el virus pueda transmitirse en el aire suspendido en gotículas o aerosoles y puede ser transportado así con capacidad infectiva

EXISTEN CLARAS Y ABRUMADORAS EVIDENCIAS CIENTIFICAS DE QUE LA MASCARILLA AFECTA NOCIVAMENTE A LA SALUD. A NIVEL FISIOLOGICO, las mascarillas impiden un correcto intercambio gaseoso en el mecanismo de respiración normal, provocando una disminución en la concentración de oxigeno arterial, creando una HIPOXIA y provocando una alta concentración de dióxido de carbono en sangre o HIPERCAPNIA. La HIPOXIA, provocada por la disminución de un 20% de oxigeno recibida en cada inspiración provocará a su vez aumento de la frecuencia cardiaca inducida por el menor flujo de 0xigeno que llega al cerebelo: TAQUICARDIA( que puede provocar a su vez dificultad respiratoria, mareo, debilidad, lipotimias…además de afectación del miocardio por sobrecarga contráctil.)HIPERVENTILACION. Provocando junto con el aumento de la frecuencia cardiaca un estimulo del Sistema Nervioso Simpático, con aumento de liberación de cortisol, el cual provoca a su vez inhibición del sistema inmunitario, el cual nos lleva a tener un posible aumento en el desarrollo de enfermedades infecciosas. Hipoxia cerebral que conlleva a cefaleas, aturdimiento mental, cansancio, fatiga, narcolepsia…pérdida de masa muscular. Deshidratación cutánea, rinitis, dermatitis bucal, proliferación fúngica, herpes labial bucal y peri nasal…La HIPERCAPMIA puede producir a medio plazo acidosis en las células; el mejor caldo de cultivo de los tumores y canceres intersticiales. Además, el prolongado uso de las mascarillas dificulta la normal eliminación de las bacterias y otros agentes patógenos que proliferan en la boca, dando una retroalimentación vírica como bacteriana que podríamos inhalar en la inspiración provocando cuadros clínicos graves de pleuresía pulmonar y neumonías.

EFECTOS PSICOLOGICOS. El uso obligatorio y continuado de las mascarillas, pueden provocar efectos psicológicos nocivos, sobre todo en el caso de los niños, ya que estos tienen la presión de” hacerlo bien” para obedecer a sus referentes mayores. Efectos psicológicos como : dificultad de expresión oral, sensación de ahogo o asfixia; limitación de expresión emocional coacción de la libertad de acción; sentimiento de culpa en los niños sobre todo por no hacerlo bien; miedo a la crítica; ansiedad por la sensación de peligro inminente; estrés; depresión; deterioro de las relaciones sociales, aislamiento social, dificultad de la comunicación interpersonal.

DESPRENDIMIENTO DE GASES: las mascarillas pueden desprender, entre otros, gases de formaldehido y tolueno. Estos inhalados durante mucho tiempo pueden provocar: irritación de los tejidos, irritación ocular, irritación nasal, irritación de garganta, lagrimeo. El Tolueno, además, puede provocar durante exposición repetida con el uso de mascarillas, cáncer de senos nasales, de pulmón, degradación del ADN y perturbación de las neuronas del cerebro favoreciendo la enfermedad de Alzheimer; y con el uso continuado, incoordinación motriz, alteraciones mentales y perdida de la visión y audición.

Además de todos estos efectos nocivos en la salud, deberíamos tener en cuenta también los efectos nocivos al ecosistema que provocaran las mascarillas, en su mala gestión como residuo.

*En estos momentos, España es el único país con MASCARILLA OBLIGATORIA en personas mayores de seis años, a todas horas y en todo momento, y la ley no contempla la no necesidad de uso aunque se mantenga una distancia de seguridad de 1.5 metros. El no usar la mascarilla se considera infracción leve, con sanciones de 100€.

No será exigible esta obligación cuando haya algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria que pueda agravarse con el uso de mascarilla, casos con discapacidad o dependencia que no dispongan de autonomía para quitársela o bien presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización.

Tampoco es exigible en deporte individual al aire libre ni en los supuestos de fuerza mayor o situación de necesidad o cuando el uso resulte incompatible, con arreglo a las indicaciones de las autoridades sanitarias.

NO EXISTE OBLIGACION DE REVELAR DATOS DE CARÁCTER PERSONAL CON NADIE QUE NOSOTROS NO QUERAMOS COMPARTIR DICHA INFORMACION de acuerdo a la ley de protección de datos. NO HAY OBLIGACION DE PRESENTAR JUSTIFICANTE O CERTIFICADO MEDICO, se puede acceder a nuestro historial médico, hacer copia y tenerlo a mano en caso de necesidad, y si la enfermedad no está registrada por ser de reciente aparición, sirve cualquier informe, tratamiento, pruebas diagnosticas, motivo de consulta o medicación recetada como causa probatoria de una afectación de salud que justifique la exención que contempla la ley.

Dado que nuestro historial médico es PRIVADO, solo un JUEZ o requerimiento legal podría solicitarnos esa información. Al resto de personas o instituciones tenemos el derecho de no mostrárselos.

     

El uso de la mascarilla en todo momento y lugar es un grave atentado a nuestra salud y libertad

Desde el principio, los mascarillas solo fueron una sola cosa: un paradigma de sumisión psicológica. Y, sobre todo, un premeditado y brutalísimo ataque a nuestra salud. El uso permanente y masivo de las mascarillas carece de sentido médico alguno.

¿Y por qué los mascarillas atentan a nuestra salud de forma permanente y muy peligrosa? Científicamente es muy sencillo de explicar:

1. Poros grandes. En primer lugar, el tamaño nanométrico de agentes víricos (entre 20 y 100 nm.) es infinitamente menor que los poros de cualquier tipo de mascarilla existente actualmente en el mercado. Además, podrían traspasar fácilmente las aperturas laterales de la mascarilla como un insecto lo hace a través de cualquier ventana.

2. Más inhalación de patógenos. Con la mascarilla, se inhalan con suma facilidad multitud de agentes patógenos a través del tracto respiratorio. La explicación científica también deviene facilísima de comprender: la molécula de oxígeno es unas decenas de veces mayor de tamaño que cualquier agente vírico. Además en las mascarillas se almacenan muchos patógenos de forma permanente.

3. Falta de evidencias científicas sobre la transmisión. No existe ninguna evidencia científica de que el virus pueda transmitirse en el aire suspendido en gotículas o aerosoles y pueda ser aerotransportado. Tampoco hay evidencias de que se pueda transmitir a través de superficies de ningún tipo.

4. Transmisión por los ojos. Más del 50% de las denominadas infecciones víricas ocurren a través de la mucosa del ojo. Por tanto, si quisieran que no nos infectáramos, deberíamos estar herméticos totalmente al ambiente exterior cubriendo también nuestros ojos con gafas de submarinista.

5. Menos del 40% de oxigeno necesario. Con la mascarilla se limita seriamente la entrada de oxígeno en el organismo y en sangre, como consecuencia de esta obstrucción antinatural. Según algunas pruebas la reducción de oxigeno es hasta de un 40%, algo alarmante ya es el primer nivel de hipoxia o falta de oxígeno. ¿Estamos dispuestos a que nuestras niñas- niños y nosotras-nosotros vivir sin el oxigeno que necesitamos? Por eso en los quirófanos introducen mucho mayor porcentaje de oxigeno en el aire para compensar esta brutalidad disminución por el uso de las mascarillas.

6. Menos oxígeno, menos energía. Gracias al oxígeno se producen todas las reacciones bioquímicas que se dan en su organismo. El oxígeno y la comida nos proporcionan la energía que necesitamos, en forma de moléculas de ATP Adenosín Trifosfato. Pero si hay menos oxígeno se produce menos ATP. Es por ello, que se están dando frecuentes cefaleas, aturdimiento mental, cansancio, fatiga y desmayos. Este fenómeno se conoce científicamente como hipoxia celular. Esto es un atentado de lesa humanidad, sobre todo en el caso de niñas-os y jóvenes porque necesitan el doble de aporte de oxigeno ya que sus cuerpos se tienen que desarrollar.

7. Menos hemoglobina. Al reducir la entrada de oxígeno se reduce igualmente el nivel de hemoglobina en sangre con el consecuente descenso de nuestro sistema inmunitario.

8. Más dióxido de carbono. También se da incremento del dióxido de carbono en el organismo. Estamos limitando la entrada de oxígeno y a reinhalando a todas horas nuestro propio anhídrido carbónico, además de otros gases tóxicos resultantes de las reacciones metabólicas. Este fenómeno es conocido científicamente con el nombre de hipercapnia.

9. Aumento de la acidez. Una de las consecuencias directas de reinhalar por tiempos prolongados nuestro propio CO2 es aumentar la acidez de nuestro cuerpo que es el caldo de cultivo de toda enfermedad, especialmente todo tipo de tumores y cánceres.

10. Menos expulsión de bacterias. El prolongado uso de los las mascarillas hace imposible expulsar con normalidad la ingente cantidad de bacterias y otros agentes patógenos que proliferan en nuestra boca, en lo que podríamos denominar una retroalimentación tanto vírica como bacteriana. Esta situación está provocando ingresos hospitalarios con cuadros clínicos tan preocupantes y mortíferos como pleuresía pulmonar y principios de neumonía, incluso en población joven como consecuencia de la reintroducción de esos macrófagos hacia sus pulmones.

11. Serio deterioro del sistema inmunitario y menos vitamina D. Nuestro sistema de “defensa” se vuelve “perezoso”, “no se mantiene alerta” puesto que no está sometido al intercambio razonable, natural y deseable con los habituales virus, gérmenes y bacterias que propician la maravillosa y cautivadora proximidad de otras personas y las venerables interrelaciones sociales. Las personas que usen mascarillas por largos períodos de tiempo verán descalabrado su sistema inmune y pasarán, lógico, a ser inmunodeprimidos. Con ello, las consecuencias de un resfriado común serán mucho más graves y las de una gripe estacionaria aumentarán su letalidad de forma considerable.

12. Aumento de dermatitis, hongos, cansancio. Se han multiplicado los casos de dermatitis bucal y proliferación fúngica (hongos), cansancio, fatiga, náuseas o vómitos y narcolepsia (especialmente al volante con accidentes fatales).

13. La clave. El aspecto psicológico del uso del mascarilla. Refinada tortura de control mental, atroz sometimiento disciplinario, coacción de la libertad de acción, persistente ansiedad, sensación de asfixia, dificultad para expresarse…

(Explicación elaborada a partir de un texto de Luys Coleto)